Las barreras entre lo pornográfico y lo erótico no están nunca claras, de hecho, no sé si tendrían que existir determinadas barreras. El sexo, la vida, el placer, lo que nos pone o lo que nos corta el punto, los gemidos, la sensualidad, la actitud, el ambiente, el arte … por qué no verlo como un gran nodo en cuyo centro habita el orgasmo.
El último programa de 21 días de la periodista Samanta Villar, dedicado al porno me hizo proponer hablar en Radioactivos de «el orgasmo como micronarración». Aunque realmente solo era una excusa para hablar de otras formas de hacer cine porno a las que Villar mostraba en su reportaje, en el que toda la audiencia esperábamos que fuera ella la que acabara practicándo un cunilingus a alguna exhuberante muchacha y no «rodando» la típica escena del butanero. Viva el imaginario cañí, arcaico, retrogrado y machista!. Estoy segura que este es el porno con el que más se disfruta (ja!).
¿Por qué el orgasmo puede ser considerado como una micronarración? No es que se considere. Es que lo es. Es breve, intenso y placentero. La imaginación, la motivación, el contacto y la estimulación son sus generadores. La creación de sensación y placer. Una narración de la acción misma. Un acto a la vez animal y poético, sin barreras, con pérdida de conciencia y de sensibilidad. Una narración con final feliz que podemos ver en sitios como The beautiful agony o I feel Myself. Dos páginas maravillosas (de pago, eso sí) donde se muestra la masturbación como algo a la vez bello y excitante. La petit mort es la regresión a lo primitivo, lo bello concetrado en el gesto desinhibido y totalmente despojado de «lo social».
Llevémonos las manos a nuestro sexo con otro tipo de porno, uno más imaginativo, creativo, que usa los lenguajes audovisuales con estilo, sensualidad y mucho erotismo, alejados de aquel «mete zoom, plano detalle, plano general y ya está» que señalaba Torbe a Samanta como las reglas de grabación del cine porno. Esas reglas y otras son las que están moviéndose en otras corrientes del porno como el Post Porno al que María LLopis dedica su blog, una inagotable fuente de conocimiento al respecto; o al Porno Queer o Punk.
Casualmente, corrientes lideradas por mujeres que han puesto en marcha una maquinaria muy importante y que cuestiona la actual industria pornográfica con hechos. Son realizadoras de cine, actrices, escritoras, productoras, guionistas, ilustradoras, fotógrafas, periodistas, … Mujeres que abanderan un porno con el que poder excitarse, lejos de los convencionalismos machistas y de los estereotipos habituales y más cercano a una normalidad en la práctica y gustos sexuales propia del siglo XXI, aunque fue en el siglo pasado, cuando Candida Royalle mostraba que era posible otro tipo de registros para la mujer en el cine adulto.
Las esposas, un corto de Erika Lust
Algunas recomendaciones:
Erika Lust
Maria Beatty
Petra Joy
Mia Engberg
Gabriela Wienier
Beatriz Preciado
Emilie Joulet
Lola Beccaria, autora de Una mujer desnuda
Taller de Postporno. 1ª Sesión – 2ª Sesión
Naked Dance
La imagen que ilustra la portada de post es deSCARLET sss y de Sebastien Tabuteaud, la del interior.
Es genial el post. Sería muy enriquecedor que el porno evolucionara a ‘lo bello concetrado en el gesto desinhibido y totalmente despojado de “lo social”’, como dices. Morbo, elegancia y respeto no son incompatibles