Atemporal
18.03.2008

¿Dónde estaba yo en 1998?

por comcinco

Zaragoza 2008. Revival de 1998 en San Fernando. El primer ejercicio que hago es ver la edad que tenía “ del 83 al 93 van 10 años, al 98 van cinco más, por lo que tenía 15 años”. Con esa edad solo puede decir que seguro que era pava.

Cuando todo el mundo se iba de fiesta a Cádiz yo seguía quedando con las niñas a las ocho de la tarde para sentarnos en la Farmacia Matute a comer las pipas que comprábamos en Berta y ver cómo la gente pasaba hasta que cerraban las tiendas, después a casa. Quería ser grunge: no usar bragas sino calzoncillos boxer, ponerme pantalones vaqueros de mi hermano de 3 tallas más grande que la mía y que el elastiquillo asomará por el filo, hacerme rastas y usar siempre deportivas. Esta fase duró lo suyo, muchas risas en compañía de Rocío, Lupi, Raquel y Ro hasta que cada una tomó por su camino: novios e hijos, sí, o se convertían en actrices porno o acabarían con hijos con 16 años. Imperó la segunda opción.

Afortunadamente, yo seguí con mis aparatos en los dientes y con mis 15 años. La pingüina hacía la comunión y ese día supuso un cambio para mi: nuevas amigas y la bodeguita con sus botellas de moscatel y sus niños engominados oliendo a colonia de hombre. Los primeros botellones a media de licor 43 con piña y a las once de la noche para casa, cuando todo empezaba. Los primeros tacones, los primeros pantalones ajustados, camisas y perlas. El primer rimmel y la primera barra de labios. Todo apunto para convertirme en una buena zorrita, incluso llegué a hacer eso de apretarme el sujetador para ponerme las tetas bien altas, menos mal que me duró poco, hubiera muerto asfixiada.

Durante ese verano viví la primera feria de San Fernando en pandilla y no con la Fina y el Pepe (mis padres). Conocí al 50 % de lo que sería mi grupo de amigos hasta que entré en la universidad. Inolvidable aquellos bailes de José Ramón a lo Chayanne intentando ligar con Alicia, las apuestas solapadas por las risas de cómo se repartían a las buenorras de Sonia, Rosa, Carmen e Inés. Después de esa feria no nos separamos hasta que me fui a la universidad.

1998 fue el año donde la plazoleta de San Ignacio se convirtió en el escenario de encuentros de fines de semana a medio día, donde hacíamos los planes para la noche, donde juntábamos el dinero para la botellona, donde Willo se fumaba los canutos en cuclillas y yo miraba de reojo a que mis padres no se acercaran a saludarnos. Era el sitio donde tomábamos el sol, donde hablábamos de irnos de camping y hacer barbacoas en el campo del Joaqui, donde nos poníamos a parir y discutíamos sobre lo agarrados que eran Jose y su hermano. Sentados en los bancos comíamos las pipas que le comprábamos al Puñalá y a la Maicanme. Jugábamos a las cartas. Donde acordamos que nuestro primer fin de año lo pasaríamos en el Castillito. Por la plazoleta circulaban las confesiones de cada uno entre la aprilia de Alberto, la vespa blanca de Willo y la bici de José Ramón aka el Zoleta.

De empollona a empollona y tiro porque me toca. Salía del Tuto y me pegaba 3 horas diarias en la escuela de idiomas con Clarita y Rocío. En el instituto estaba metida en todos los charcos: Ruta Quetzal, preparación de Roma Viva colaborando en la reconstrucción de una maqueta de la antigua ciudad de Bolonia. Hice mi primera -y última- página web, una publicación a la que le pusimos el rancio nombre de El Petril para la clase de Medios de Comunicación, gracias a a cual estuve coordinando durante tres años el Taller de Periodismo de la Feria del Libro de San Fernando. Con María Luisa aprendí que hay profesores que confían en la función social de la docencia, que se obligan a hacer más. Con ella descubrí el teatro y escribí también mi primera y última precaria obra de teatro, de la que solo conservo un monólogo:

«El escenario está totalmente oscuro, hay cuatro mujeres vestidas totalmente de negro. Un foco de luz ilumina a la mujer de la izquierda.Voz en off: izquierda (la mujer se gira hacia la izquierda)Voz en off: derecha (la mujer se gira hacia la derecha)voz en off: centrola mujer da un paso al frente y cuenta su historia mirando fijamente al público:

¿qué por qué esto en el trullo? (mientras habla saca un cigarrillo y murmura) Ahora quiere este que le cuente un cuento…no te jode!! (Mira el frente y extendiendo su pitillo pregunta)¿Puedo? (No hay respuesta. Lo enciende y tranquilamente da una calada y expulsa el humo)

Yo estoy aquí para limpiar la calle de basura, ¿sabes?, por contribuir a acabar con la mancha de usurpadores que llega a la costa con sus putas caras negras a quitarnos el trabajo (da una calada y la expulsa. Mueve la cabeza de un lado a otro y añade:) Sucios moracos de mierda.

¿Defender lo tuyo es un delito? No tío, porque yo, lo único que he hecho ha sido defender a mi territorio, sí, coño. Por eso estoy yo aquí, por matar a una zorra de mierda, una puta que no hacía más que joder e incordiar aquí. (Carcajadas) A la mierda con esa gente!!!

Mira, te voy a decir una cosa, y te lo digo muy enserio, eh? Esta gente no debería ni existir y yo, yo tío, he mandado a esa zorra al lugar que le corresponde. Ahí, bajo tierra. Bien jodida con los gusanos. Y, ¿sabes qué? Que mil veces más lo haría. Así que no me preguntes si estoy arrepentida, porque ni de coña, tío, ni de coña. A la basura hay que joderla bien por el culo para que se vayan con los suyos de una puta vez. En la puta miseria, ahí, hundidos porque no valen para nada.

habría que hacer como hizo el nazi ese con los judíos, borrarlos de un plumazo, (expulsa humo) de un soplido (actitud más nerviosa y murmura: ) de un soplido, de un soplido (adquiere un semblante serio y desencajado durante unos segundos y grita:) uhhh! (Expulsa aire soplando lentamente)(Comienza a reírse a carcajadas hasta que se va desvaneciendo. Da una última calada al cigarro y lo tira con desprecio).»

Durante este año, comencé a pintar en casa pero descubrí que no tenía ningún futuro. Y volví, para volver a dejarlo, a lo que es hoy una de mis grandes frustraciones, la música. Lo hice en 2 intentos: cuando tenía 10 años que llegué a tercero de solfeo y lo dejé; después, en 1998, lo retomé en tercero y volví a dejarlo. Así que nunca pude convertirme en Lisa Simpsons son su saxofón.

Antes de 1998, quería ser muchas cosas: pediatra, arqueóloga o ginecóloga de uno de esos centros donde las madres dan a luz a sus niños en piscina. Pero creía que sobre estas cosas ya estaba todo escrito y a mi lo que me gustaba era escribir, por eso ya en 1998 tenía más que claro que quería ser periodista. Antonio Carmona, que además de ser el profesor de Física y Química era mi tutor, nos hizo un cuestionario en clase para saber qué queríamos ser de mayor y por qué:

- Periodista. Porque quiero contar lo que pasa a mi alrededor. ….

Y creo que por eso, montamos, por primera vez en mi instituto una radio en el cuartillo de atrezzo del Salón de Actos, entre los decorados del Patio Cambiazo y La Casa de Bernarda Alba. Desde aquel sitio hacíamos Tentempié Magazine, que sonaba en los pasillos a la hora del recreo. Tentempié Magazine lo grabábamos en la habitación de mi amiga Patri con su minicadena sony y mi radio con micro interno. Jugábamos, a tres voces, a poner música y hacer los guiones.

Carlos Sánchez, el profesor de lengua y de la optativa de Medios, que era un apasionado del periodismo, se encargaba de insuflarnos ilusión llevándonos de visita a los estudios de TVE y Canal Sur, donde Carlos Herrera nos dejó liarla un rato en su programa. También visitamos en Cádiz, los estudios de Cadena Ser, M80 y 40 principales, donde aprendí el sistema de discos de colores que suenan a las en punto, a las y medias y a las y cuarto… así cualquiera es número uno de los 40.

Así mi 1998 se debatió entre lo nuevo y lo viejo. Por un lado, el ecuador entre el colegio y el instituto, y por otro la continuación de algo que dejé de serlo cuando empecé la universidad 4 años más tarde. Así que 1998, es uno de esos años de ciclos y recliclos que descubriría más tarde.

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comentarios

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antonio dice:

Se te ha olvidado que mientras tu estabas en la plazoleta de San Ignacio con la chavalería, yo charloteaba con las viejas de mis vecinas y fisgoneaba lo que entre ustedes se cocía. Yo era de colegio de pago y me recogía antes q vosotros.

labambola dice:

Quiero conocer a la Maicanme! Vivan esas tiendas de barrio! tu instituto era hiperactivo, menuda envidia…

Te quiero, Jé

PD: el comentario de Antonio me ha encantado

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